Una prótesis ocular es un artículo ortopédico que tiene como función sustituir al ojo natural en casos en los que éste haya tenido que ser extirpado total o parcialmente, o bien cubrirlo si el ojo sigue presente en la cavidad orbitaria pero ha padecido o padece algún tipo de patología que le ocasiona alguna atrofia o malformación.
A pesar de que se tiende a pensar que su función se limita a una pura recuperación estética, lo cierto es que también cumplen labores funcionales, por ejemplo sirviendo de protección y sostén a los tejidos de la cavidad que queda en el interior del ojo tras la intervención quirúrgica, ya sea una enucleación o una evisceración. Por ello, podemos decir que son saludables, además de recomendables.
Sin embargo, y siendo realistas, lo cierto es que el paciente que acude a un protésico a adaptarse una prótesis lo hace para intentar recobrar su imagen anterior y, de camino, esa confianza y autoestima mermada en parte a causa de la pérdida de su ojo. Y ponerse en manos de un buen Ocularista o Protésico Ocular es esencial para conseguirlo. Éste debe reunir cualidades como la empatía o la minuciosidad, además de poseer ciertos conocimientos médicos y técnicos.
Pero hablemos un poco más sobre ellas; antiguamente llamadas ojos de cristal y, hoy en día, más conocidas como ojos artificiales, la mayoría de las prótesis oculares en la actualidad son resinas acrílicas de alta resistencia y biocompatibilidad. El material más utilizado es el PMMA (polimetilmetacrilato), que es el que nosotros empleamos, aunque en algunos laboratorios aún se siguen fabricando de cristal.
Dependiendo del tipo de operación que se le haya realizado al paciente, la prótesis a adaptar puede ser diferente. Hoy en día, lo más común, siempre que médicamente sea recomendable, es realizar una EVISCERACIÓN. En estos casos, la prótesis requerida suele ser una CASCARILLA. Por contra, si el paciente nos visita tras haber sufrido una ENUCLEACIÓN, lo normal es tener que adaptar una PRÓTESIS CONVENCIONAL. Vamos a profundizar un poco más:
– Las CASCARILLAS son la solución habitual cuando al paciente le han practicado una EVISCERACIÓN, en la cual se realiza un vaciado de las partes internas del ojo, respetando otras como son la Esclera y la Musculatura Extraocular. Ésta resulta especialmente importante porque permite al implante que le queda al paciente tras la cirugía actuar como un muñón, conservando una movilidad muy parecida a la original del ojo sano. Son prótesis en general bastante finas, cuyo grosor dependerá de si el muñón queda más o menos sobresaliente.
– Las PRÓTESIS CONVENCIONALES se adaptan normalmente en caso de ENUCLEACIÓN, en la que se lleva a cabo una extirpación completa del Globo Ocular, para lo cual se seccionan tanto el Nervio Óptico como todos los Músculos Extraoculares. Éstos son fijados al implante que va a formar el fondo de saco, permitiendo que éste tenga algo de movilidad, aunque peor que la que se suele conseguir en la EVISCERACIÓN. Éste tipo de prótesis tienen bastante más cuerpo y grosor que las CASCARILLAS, ya que tienen que rellenar el hueco que antes ocupaba el globo ocular.
En Garay Prótesis Oculares llevamos más de 45 años adaptando prótesis oculares. Los primeros años, allá por los 70, la técnica empleada en todas las intervenciones era la Enucleación, por lo que todos los casos requerían de prótesis convencionales. Pero, afortunadamente, el avance de la ciencia ha ido guiando a los Cirujanos Oftalmólogos a realizar Evisceraciones siempre que el caso lo permita, de forma que afortunadamente hoy en día es más frecuente adaptar Cascarillas.
Pero la Ciencia no sólo evoluciona en el campo de la cirugía, sino que también lo hace en el de los materiales y las técnicas de fabricación. Y en este aspecto estamos un paso por delante, ofreciendo a nuestros pacientes tratamientos exclusivos que mejoran su día a día.
– El RECUBRIMIENTO ANTIALÉRGICO representa para nosotros el mayor avance entre las técnicas de vanguardia, ya que permite un uso más prolongado y cómodo de la prótesis ocular. Gracias a su especial biocompatibilidad, consigue disminuir las secreciones y la adherencia de las mismas a la prótesis, optimizando notablemente la interacción de ésta con los tejidos oculares. El resultado es un período de uso más prolongado de la prótesis ocular de forma cómoda y sin irritaciones.
– El IRIS 3D, es una técnica digital desarrollada en exclusiva por nuestro laboratorio, que ayuda a conseguir un plus de realismo, dibujando el iris en distintas capas y reproduciendo mejor todos los matices del ojo sano del paciente.
– La PUPILA DE TAMAÑO VARIABLE: Que permite al usuario cambiar el tamaño de la pupila de su prótesis, consiguiendo así el mayor parecido con el ojo sano, ya que éste tiene variaciones de diámetro en función al caudal de luz que le llega.